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"Hechizo" _Isa_

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    ... Cuéntame un cuento, a poder ser, de otro tiempo. Tucho  vivía en la calle. En la calle Gran Vía de Madrid. Exactamente en la entrada principal del Palacio de la Música con su dueño, vagabundo, dos gatitas, dos mantas grandes y un saco envuelto en una toalla rosa, Al hombre se le calculaba una edad joven. Tenía el rostro barbudo, pelo largo y lacio de color rubio pajizo. Una mirada noble de ojos claros, ausente de hostilidades, donde se adivinaba que, a su manera, estaba feliz. Frente al Palacio de la Música, Julia, lo observaba a diario desde la ventana de su cuarto. A él, a su saxo, al perro y a las gatas. A menudo sonaban sus conciertos entre el ruido del tráfico. Cuando terminaba la actuación recogía el plato de papel con las escasas monedas que habían depositado los transeúntes y, se dirigían a la tienda de comestibles. De vuelta a su manta, el hombre repartía la comida y una garrafa de agua entre los cuatro. Julia, estaba cada día más atenta a sus movimientos...

La muñeca perdida.

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Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca. Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar. Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron: - “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“- Este fue el comienzo de muchas cartas. Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó: -"mis viajes me han cambiado … “ - Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en un...

Cuéntame un cuento, a poder ser, de otro tiempo _los cuentos de isaPetricor_

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Porque a veces tengo siete años y otras veces tengo más de cien. La caja de los cuentos era una caja de cartón, una caja de zapatos, bueno de zapatos no, es una caja de botas de hombre que era la caja más grande que había en las tiendas de zapatos. Todos, todos los cuentos están guardados en la caja de cartón.  Historias muy diferentes en el tiempo que te atraparán. literatura fantástica  _los cuentos de isaPetricor_    (Isabel Hernández Gil)